Ayer recibimos por correo (¡del de verdad, no el e-mail!) una postal preciosa desde Salamanca: nos la había mandado Blanca. Lo mejor es que no sólo recibimos la postal, sino que nuestra compañera nos explicó todas las curiosidades y monumentos que encontró en la ciudad salmantina.
¡Gracias, Blanca! :)
Y, ya sabéis, cuando vayáis a otra ciudad podéis mandar una postal como ha hecho Blanca y aumentar nuestra cultura narrando lo que habéis visto y aprendido (bueno, y además, disfrutar de la ilusión de recibir una postal como antiguamente)
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